Carrie Bencardino y una obra que explora los límites de la representación
26/12/2024
Carrie Bencardino (@carriepuzzle) expone en la Galería Piedras en San Telmo desde el 1 de Noviembre de 2024 hasta el 25 de Enero de 2025 su colección más reciente, Una remera no negra. Estx joven artistx se adentra en el mundo del exceso y lo disidente. A través de su trabajo nos propone un acercamiento a la escena de lo alternativo y una marca personal signada por el desafío y enfrentamiento a las convenciones tradicionales. “Mediante mi práctica indago en los discursos visuales presentes en las diferentes escenas que frecuento desde temprana edad, desde círculos de fiesta queer hasta el under metalero de Buenos Aires.” Así se presenta Carrie a través del portal de Galería Piedras ( https://piedrasgaleria.com/wp-content/uploads/2021/09/CV-Carrie-Bencardino.pdf )

Desde el ingreso a la galería, una serie de cuatro lienzos monumentales dispuestos en una sala celeste nos impactan y cautivan. Estas obras, de 2 metros de altura, se organizan cerrando un recinto cuadrado que rodean al visitante.
Atendamos por un momento al formato elegido por Carrie: pintura al óleo sobre tela, dialogando en cierta manera con la “tradición clásica” de la historia de la pintura. Teniendo esto en cuenta, el tamaño exhuberante implica una elección que desafía las convenciones visuales del ‘cuadro de caballete’, así como también implica un riesgo significativo en términos de presupuesto y traslado. Un formato de tales dimensiones (donde la pieza más pequeña mide 200 x 413 cm, y la más grande alcanza los 810 cm de ancho) requiere una inversión considerable en materiales y en tiempo de ejecución. Además, la instalación de estas piezas conlleva también un desafío técnico importante.
La estrategia curatorial de disponer estas obras en las paredes del salón construye la escena a la vez que potencia una experiencia inmersiva. Las ventanas en los cuadros permiten -en palabras de lx artista- que nuestra mirada viaje más allá de la tela en sí, expandiendo los límites físicos del plano bidimensional y abriendo otro mundo posible mientras estamos en la sala.
Mediante lo formal, lx autorx explora los límites de la distorsión a partir de difuminaciones de las líneas y el juego con las formas estables -accediendo a lo deforme-. Nuestro ojo recorre el lienzo y encuentra detalles “fuera de lugar” que nos descolocan a la vez que atrapan, construyendo un mundo diferente, fluido, alterado.
La utilización del gran formato permite la representación de personajes en escala humana, las figuras nos interpelan directamente. La atmósfera envolvente de la obra produce la sensación de estar llegando a una fiesta donde no conocemos a nadie. El mundo se detiene para examinarnos. Observar la obra es sentirnos observados: Carrie retrata personajes que nos miran a los ojos y sostienen la pregunta y el misterio.
Estos procedimientos desafían los límites de la realidad y lo normativo. La fluidez y lo extravagante abordan lo extraño, lo QUEER en un sentido literal, pero también en su carga simbólica. La aparición de la disidencia es el síntoma. Desde afuera somos invitadxs (e incomodadxs) a cuestionar nuestras propias percepciones, la propia identidad.
Una remera no negra no solo desafía las normas tradicionales del arte, sino que también nos interpela de manera personal y profunda. La pintura, en una operación enormemente poderosa, nos transporta en un plano ficcional a otro mundo lleno de preguntas, movimiento, vitalidad. Y aunque eventualmente abandonamos la galería, la experiencia y reflexión que despierta la obra de Carrie continúa resonando.
Esta exposición es una necesaria invitación a explorar lo desconocido y abrazar lo diverso. A detenerse en cada rostro y cada rincón de sus escenas. A repensar la habitual comodidad del espectador. Un trabajo de valor incalculable, realmente imperdible.


Lucero Berman

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