20/02/2025

Los años siguientes a la revolución en el Río de la Plata se ven marcados por la falta de orden político, la carencia de legitimidad dentro y fuera de los Gobiernos entre 1810 y 1820 y la ausencia de imágenes de poder tanto en el orden público como privado. Es con Rosas -tengamos en consideración las reformas producidas en el primer intento de ordenamiento exitoso en 1820 que posteriormente fracasa- que se pone fin a este desorden estatal, se crea un Gobierno legítimo y se restauran las leyes ¿Cómo logra esto? Hay diferentes motivos e hipótesis, pero lo que nos interesa a nosotros es la idea de que Rosas consigue acumular lo que Bourdieu denomina “capital simbólico”, tarea en la cual fracasaron los que lo antecedieron. Dentro de esta acumulación nuestro punto de interés consiste en la formación de una cultura visual federal, entendiendo cultura visual como un espacio específico en el que interactúan diferentes elementos culturales y políticos en un momento determinado (Fukelman, 2007, p. 2). Mi interés en esta nota es principalmente hablar de la imagen política, cómo se forma y cómo funciona.
Entre lo público y lo privado
Rosas es el primero en construir una imagen que circula tanto en lo privado como en lo público, en un principio en Buenos Aires y luego en todo el territorio. Logra crear identificación a través de la imagen, genera asociaciones sociales y políticas; el ejemplo más claro es la divisa punzó -denominada así por su tono rojo punzó y de uso obligatorio a partir de 1832. No solo había que “ser” federal sino que había que parecerlo, ser percibido por el otro como partidario al régimen; recordemos que además de lo simbólico estaban en funcionamiento diferentes mecanismos de control que mantenían vigiladas a las masas, ya que “Federación o muerte” no era una metáfora, la violencia era de uso común en este momento histórico pero nuestro objetivo no es hacer un juicio moral sino centrarnos en la cuestión estética y visual.
La divisa no era la única forma de “vestir federal”, era usual el uso de otros elementos, por ejemplo guantes y galeras con la efigie del restaurador, el chaleco federal, etc., también se utilizaba vajilla con diferentes inscripciones federales, entre otros diversos objetos de uso común. Pero, ¿qué significa la utilización de estos elementos? Se toman objetos de la vida cotidiana y se los vuelve una forma de identificación política, vestir al cuerpo es en sí mismo un acto político y se acompaña con ademanes -como dar la mano y mostrar el guante con el retrato del restaurador-. Es así que este cuerpo civil vestido con los diferentes elementos se convierte en un cuerpo federal.

Plato de cerámica con inscripción federal “federación o muerte”. Museo Histórico Nacional
El uso del retrato del gobernador de Buenos Aires, solo o acompañado de su mujer, como símbolo federal en sí nos marca una clave para entender el periodo y el régimen. Rosas encarna la federación, el poder del sujeto y del movimiento político como una sola instancia ocupando el lugar simbólico del poder, su imagen encarna la idea de federación acompañada del uso de diferentes símbolos revolucionarios. Llega un momento en el que estar adherido al régimen implica ser rosista, y no serlo es motivo de muerte.
El retrato es la forma de representación del poder por excelencia, se utiliza para marcar el lugar que ocupa y las actividades que realiza el retratado en la sociedad. Esto se puede observar en los diferentes elementos que acompañan a la efigie, como escudos, medallas, papeles, inscripciones, etc. También aparece la parte psicológica marcada tanto por los gestos como por las expresiones faciales. Recordemos que al hablar de representación nos referimos a la idea de hacer presente lo ausente, de este modo el retrato no solo es la representación del cuerpo físico sino que también hace presente el poder.

Cayetano Descalzi. Boudoir Federal. c. 1845. (paradero desconocido)
Hay una imagen que pone en relación todo lo que nombramos con anterioridad, se trata de Boudoir federal, atribuido al pintor Cayetano Descalzi. En esta pintura vemos a una mujer frente al tocador, se encuentra en ropa interior y a su lado sobre una silla encontramos colocadas el resto de las prendas. Esta es una imagen a la que podríamos aplicarle la etiqueta de erótica, se encuentra en un momento intermedio del acto de vestir en el que no podemos afirmar si la figura se está vistiendo o desvistiendo. Es ese punto intermedio una de las cosas que nos plantea este erotismo ya que podríamos verlo como un juego con el desnudo. Consideremos también que se halla en un espacio íntimo y vemos cómo a través de una falda intermedia se asoman las enaguas inferiores. Hay un elemento que rompe la temporalidad del accionar: el pañuelo federal que la figura tiene atado en el cuello, que rompe el orden del vestir pero nos marca que ese cuerpo es federal.
Sobre la silla que sostiene las capas superiores de la vestimenta vemos la representación de una litografía del gobernador de Buenos Aires, la introducción de este elemento marca cómo la efigie observa y controla todo el acto: el momento del vestir el cuerpo federal, esa mujer -ese cuerpo, valga la redundancia- será federal y por ende será rosista, responderá a él. Su presencia se impone en un acto privado, pone en evidencia esta idea de omnipotencia de la figura de Rosas y el funcionamiento político de las imágenes. En la iconografía clásica del erótico el hombre observa a la mujer, en el Boudoir la mirada se dirige directamente al espectador marcando su presencia y poder dentro y fuera del cuadro. Se desplaza la iconografía clásica del toilette, se roba el erotismo y se instala una imagen al servicio de la política.
Es este juego de doble sentido lo que hace tan interesante a la imagen y cómo esto es trasladable a diversos objetos e imágenes creados durante este momento de la historia argentina.
Alfonsina Almiron
Bibliografia
-Fukelman, María Cristina, La cultura visual en el Río de la Plata 1834-1852. Innovaciones a partir de la configuración y función de la imagen política y costumbrista.,Facultad de Bellas Artes, UNLP
-Gelman, Jorge, Rosas bajo fuego. Los franceses, Lavalle y la rebelión de los estancieros, Buenos Aires, Sudamericana, 2009.
-Marino, Marcelo, “Moda, cuerpo y política en la cultura visual durante la época de Rosas”, en: Baldasarre, María Isabel y Dolinko, Silvia (editoras) Travesías de la imagen. Historias de las artes visuales en la Argentina. Vol. I, Buenos Aires. CAIA/UNTREF, 2011.